
Resulta preocupante que en las cercanías al 15 de marzo los mensajes dirigidos hacia los electores estén orientados cada vez más a plantear la dicotomía entre los “buenos y malos”. Que los partidos hagan esto no debe generar sorpresa porque en sus estrategias de propaganda lanzarán todos los mensajes necesarios para calificarse como los más “indicados” para gobernar y presentar al oponente como la “peor opción” que lleva al caos. Existe un lanzamiento de acusaciones que juegan al límite de la tolerancia y legalidad.
Dentro de los medios de comunicación se está convirtiendo en rutina hacer coberturas desequilibradas de los partidos, candidatos y propuestas llegando al punto de resaltar esa dicotomía entre el candidato del progreso versus el candidato de la inestabilidad. Dicha tendencia maniqueísta también ha llegado a los llamados “analistas políticos”, quienes en sus columnas o declaraciones ponen en escena esa dualidad entre actores, ideas y escenarios, contribuyendo a un panorama de polarización entre bandos cada vez más demarcados.
Por ejemplo, los programas de gobierno han sido víctima del síndrome maniqueísta. El artículo de Manuel Enrique Hinds titulado “La ventaja de ARENA”, publicado también en el espacio Observador Electoral, constituye un claro ejemplo: “Pero nadie puede negar que el programa (refiriéndose al de ARENA) es un documento serio que se orienta a resolver los problemas más importantes de nuestro país. Diferente del programa del FMLN, que es ambiguo y vago en todo, que todo lo pone en términos absolutamente políticos partidarios…” (EDH 28/01/09. Pág. 7).
Realmente es crítico que a pocos días de la elección presidencial los espacios de opinión y análisis sean absorbidos por una lógica maniquea en donde personajes dedicados a la “observación” del proceso electoral, con acceso a canales masivos de difusión se centren -a través de sus escritos o declaraciones- en replicar el patrón de etiquetar a los “bandidos” o a los “héroes” de la película. Todavía es más perjudicial cuando toman parte en uno de los lados y dicha postura se traslada diariamente a la ciudadanía.
Artículo: Maestría en Ciencias Políticas, UCA.
Considero que los medios de difusión no deberían prestarse a la campaña.
ResponderEliminarEn algunos medios, desafortunadamente los de mayor circulación, son más bien voceros, y esos "analistas políticos" sin ningún elemento objetivo cualifican a las propuestas. No son serios, mucho menos creibles.
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